miércoles, 13 de febrero de 2008



QUINTO DISPARO

Una bocanada de humo salio disparada del vestíbulo cuando abrio la puerta del bar buscando desesperadamente la salida como escapando del corredor de la muerte.

Tras habituarse a la ausencia de luz se dirigió decidido hacia la barra y con la confianza de encontrarse ante un camarero conocido se atrevió a pedir lo de siempre.

Después un primer sorbo devastador busco con la mirada el objeto de su anhelo.

Como no encontró nada mas que caras ausentes y posturas forzadas se dedico a lo que mejor sabía hacer, beber.

Cuando poso sobre la barra la tercera copa, una fuerza invisible atravesó el local, el tiempo se paro de golpe como si ese oscuro lugar se encontrase dentro de una burbuja de dilatación temporal, el resto del mundo seguía discurriendo a una velocidad normal pero en ese preciso bar el tiempo pasaba mucho mas despacio.

Se giro hacia la puerta y vio como una figura se acercaba entre tinieblas.

Sus piernas largas se acercaban decididas, con la confianza de una pantera que se sabe la dueña de su territorio.

Con gesto prepotente se sentó a su lado y sacando un cigarrillo le pidió fuego.

El sonrió.

Memorias de Mulechan Cáp.4

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