viernes, 10 de agosto de 2012

Estoy de vuelta...

Tras un larguísimo estado de apatía blogera he vuelto a las andadas...
Para empezar un enlace al club de fotografía que nació recientemente en Facebook...
https://www.facebook.com/pages/Club-de-Fotografia-digital-Lierganes/141257429261995

sábado, 18 de octubre de 2008

CAPITULO 2 !!PIENSA¡¡



Sono como un huracán y tubo que apartar el oído del teléfono, cuando se recupero de aquel alarido intento aclarar su mente, después de haber soñado con ese momento desde hace tres años en el fondo estaba convencido que era algo que no llegaría, una quimera.

Colgó el teléfono, pago la cuenta del desayuno que había pedido pero no probo y se dirigió hacia la parada de taxis mas cercana, su corazón latía como nunca lo había echo y su mente viajaba hacia lugares desconocidos, se sentía como el doctor Frankenstein después de haber dado vida a su criatura . Tras indicarle al taxista su destino, tecleo una serie de números en su teléfono y espero, no le extraño que le contestase un servicio de mensajes, nunca entendería como ese tipo había conseguido desarrollar ese software jugando su sueldo en antros y garitos.

El teléfono sonó y descolgó.


Una mala mano te suele dejar hundido, pero en este caso era peor, ya no solo eran los cinco mil

dolares que se habían esfumado en esa partida , era esa sensación de haber tocado fondo, un estrangulamiento en la base del intestino que lo ahogaba y lo aturdía.

Dejo la mesa y se fue hacia la barra del garito, intento parecer duro y que la situación no le sobrepasaba pero francamente tenia la sensación de que estaba haciendo el mas espantoso de los ridículos, así todo siguió y por fin alcanzo su objetivo, se dejo caer sobre un taburete y pidió un vodka con hielo.

Apuro la copa de un trago y pensó por fin en la situación en la que se encontraba e intento buscar una solución rápida, paso por su cabeza la 45 que tenia en el cajón de la mesita de su habitación pero le pareció incluso demasiado fácil.

El alcohol del vodka empezaba a hacer el efecto deseado y parte de los problemas parecían volar de su cabeza, en ese momento sonó su busca, lo miro y se quedo petrificado, corriendo busco un teléfono.

Mientras marcaba los pensamientos que hacia un momento de parecían una carga infinita se esfumaron como si nunca hubiesen existido.

-¿El doctor John Alan?. Pregunto la voz al otro lado del teléfono.

-Si, soy yo.

-Ha sucedido.

Tras esa corta frase colgó y salio del casino, su ritmo cardíaco se disparo, nunca pensó que sucedería tan pronto, sabia que su programa de aprendizaje difuso era innovador pero no que se implementaría tan pronto.

Cogió el coche y arranco dirigiéndose hacia el este, hacia el desierto.  

viernes, 17 de octubre de 2008

CAPITULO 1 TOMA DE CONCIENCIA



Pasaba un minuto de las ocho de la mañana cuando el ayudante de laboratorio entro en la aquella sala blanca y enorme. Conecto todas las luces de la habitación que cambio el tono azul de los fluorescentes de emergencia por un tono blanco brillante. Recogió los mensajes que le había dejado su colega del turno de noche y encendió la cafetera, cuando tomo el primer sorbo de la taza se dirigió por fin hacia aquella maraña de cables, monitores y cajas de aluminio que le habían quitado el sueño desde hacia ya tres años. Con gesto familiar dedico un saludo a una de las cámaras bifocales que salían de una de las cinco tomas de datos externas.

Comprobó con satisfacción que al ver que el monitor de proceso se disparaba de escala y que su presencia había desencadenado una serie de funciones algorítmicas, esa sensación le abandono rápidamente pues era de los que pensaba que aquel experimento sobre IA era otra soberana perdida de tiempo y de dinero, pero bueno era un trabajo y le pagaba la deudas.

Después de eso se dirigió a la mesa del director del proyecto para hojear su correo electrónico y acabar su café lo hizo sin prisa pues sabia que al ser sábado su jefe no llegaría hasta bien entrada la mañana, mientras pasaba sobre decenas de correos basura sus ojos se fueron cerrando lentamente hasta que se quedo dormido...

Una serie de alarmas le sacaron de su estupor y casi le hacen derramar el café sobre el teclado, tecleo una serie de comandos y observo los monitores , no lo podía creer lo que estaba viendo, intento llamar por el mobil pero sus dedos temblaban como con vida propia, cuando por fin lo consiguió solo pudo articular una frase corta pero que anunciaría el cambio mas grande en la historia de la robotica y que cambiaría el mundo para siempre...

martes, 19 de febrero de 2008



SEPTIMO DISPARO

Durante toda la cena no dejo de mirar el reloj, trato de no obsesionarse pero estaba claro que no podía, en su interior se agitaban recuerdos que pensaba dormidos pero que aquella noche volvían con una claridad asfixiante, miro a su marido como engullía con grandes bocados y sintió nauseas.

Disculpándose se dirigió al baño con la esperanza de que una pequeña dosis de nicotina aliviase su estado.

Mientras fumaba encerrada en aquel aseo, dejo que los recuerdos la inundasen, se transporto diez años atrás, a un desaliñado estudio del centro, se vio reflejada en el espejo como entonces desnuda, posando mientras le observa pintar con movimientos febriles como solo lo pueden hacer los jóvenes con exceso de ambición.

Recordó sus manos llenas de óleo y el olor a aceite de linaza y disolvente de la habitación, recordó tardes de alcohol y noches de caricias y promesas.

Pero también recordó el descenso a los infiernos después de los fracasos y las malas criticas, las noches de lagrimas intentando despertarle después de sesiones etílicas interminables y por fin se vio otra vez en aquel anden de autobús con una maleta llena de sueños rotos y la esperanza de otra vida mejor para ella y para el.

Cuando regreso a la mesa su marido la esperaba preocupado.

- ¿Te encuentras bien?

- Si, no te preocupes.

- De acuerdo, querida he de dejarte tengo asuntos que atender, ¿Estarás bien?

- Por supuesto, puedes irte tranquilo.

Mientras veía alejarse su coche ella sonrió.

Memorias de Mulechan Cáp.6

jueves, 14 de febrero de 2008

BESTIARIO 2



SEXTO DISPARO

La criada llamo a la habitación. Con voz firme ella la indico que pasase y dejase el desayuno sobre la mesita. Ella complaciente sirvió el te y la dejo sola. Hacia un día esplendido pensó mientras saboreaba el primer sorbo de te, leyó las noticias y se dirigió al vestidor.

Busco en el fondo de aquel inmerso armario un vestido de noche negro y un par de zapatos de aguja.

Después de vestirse se miro al espejo, se encontraba extraña con un vestido así a esas horas de la mañana pero no podía esperar a la noche para ponérselo.

Pese a la fría mascara que relejaba su cara en el espejo reconoció que se sentía nerviosa. Mientras intentaba alejar esa idea de su mente recordó con nitidez fotográfica los hechos de la noche anterior.

Recordó el escalofrió que le recorrió la espalda cuando le vio, igual que hace diez años apenas cambiado, el mismo gesto, el mismo aire de misterio y ese aura que emanaba de el. Apenas la miro estaba demasiado borracho en eso tampoco había cambiado, aun sereno le hubiese resultado imposible reconocerla pues ella si era distinta, ya no era la chiquilla pecosa y delgada que aun debía habitar en algún olvidado rincón de su mente.

Se cambio de nuevo de ropa y dejo el vestido y los zapatos junto a la cama.

Cruzo el vestíbulo de la inmensa casa donde vivía y entro en el coche, al sentarse una arrugada mano le acaricio la rodilla y ella le miro.

-¿Pareces contenta esta mañana querida?

Ella le miro y sonrió.

Memorias de Mulechan Cáp.5

miércoles, 13 de febrero de 2008



QUINTO DISPARO

Una bocanada de humo salio disparada del vestíbulo cuando abrio la puerta del bar buscando desesperadamente la salida como escapando del corredor de la muerte.

Tras habituarse a la ausencia de luz se dirigió decidido hacia la barra y con la confianza de encontrarse ante un camarero conocido se atrevió a pedir lo de siempre.

Después un primer sorbo devastador busco con la mirada el objeto de su anhelo.

Como no encontró nada mas que caras ausentes y posturas forzadas se dedico a lo que mejor sabía hacer, beber.

Cuando poso sobre la barra la tercera copa, una fuerza invisible atravesó el local, el tiempo se paro de golpe como si ese oscuro lugar se encontrase dentro de una burbuja de dilatación temporal, el resto del mundo seguía discurriendo a una velocidad normal pero en ese preciso bar el tiempo pasaba mucho mas despacio.

Se giro hacia la puerta y vio como una figura se acercaba entre tinieblas.

Sus piernas largas se acercaban decididas, con la confianza de una pantera que se sabe la dueña de su territorio.

Con gesto prepotente se sentó a su lado y sacando un cigarrillo le pidió fuego.

El sonrió.

Memorias de Mulechan Cáp.4